Revista nº 197. Mi reino por una copia

MI REINO POR UNA COPIA.

Tulio Rosembuj

Dedica el International Herald Tribune del 11 de marzo de 2003 particular atención a un fenómeno típicamente alemán, que amenaza contagiar a otros países. Se refiere a la cascada de casos de copia de tesis doctoral. Por lo visto en Alemania es un deporte nacional. (Christopher F.Schuetze, New plagiarism cases cause seconds thoughts in Germany)

En pocos años diversos Ministros y parlamentarios encumbraron su currículum plagiando, copiando, sus tesis doctorales de textos ajenos. La piratería intelectual no es un hecho nuevo y menos en el ambiente universitario. Desde “negros” (ghost writers) que la practican por cuenta de otros hasta el plagio liso y llano de la considerada obra propia sobre el sudor ajeno.

Lo llamativo es la multiplicación de Dres. Plagiarios.

Es cierto que en nuestro país hay los que mienten en sus antecedentes y otros que imitan los modelos que suscriben; pero, el plagio de las tesis doctorales, aunque exista, sigue siendo un fenómeno encubierto, de minoría. Se sabe y se comenta, pero en círculos estrechos. No hay primera página para un político que copie la tesis doctoral; no obstante, hubo destacados políticos, de izquierda y de derecha, que la defendieron u opositaron cuando ejercían sus funciones, en un alarde de energía intelectual digno de encomio. Esos políticos parecían alemanes, lo digo, por su disciplina, esfuerzo y espíritu de sacrificio. Y no fue uno sino varios.

Hay mucha gente que tiene como interés principal que su tarjeta de presentación ponga Dr. Es de presumir que esto no solo satisface una obligación académica, que ni tan siquiera existe, sino un puntazo social: el Dr. es más que el que no lo es.

Pero, el proceso alemán de corrupción intelectual es llamativo, porque, a su modo, define otro tipo de grave corrupción que raramente se toma en cuenta. Copiar es tan repugnante como violar a una menor de edad. Ningún profesional universitario que se precie plagia, precisamente, porque es el signo superior de la degradación intelectual.

El político alemán plagiario es equivalente al político corrupto de cualquier país del Sur .En vez de viajes, fiestas de bautismo, mariscadas, trajes y corbatas, coches y casas, elige el moño cultural. Viste más el diploma que el consumo ostentoso, virtud propia de una ética protestante.

Alemania exporta su plagio a los países próximos y bajo su influencia, llámese Rumania o Hungría. El razonamiento es muy simple: si ellos que son superiores lo hacen quiere decir que está bien.

La debilidad alemana es digna de aprovechamiento. Me refiero, que los países del Sur –los PIGS- podrían tratar los problemas con el gobierno, el parlamento, los Estados federales, el Banco Central de Alemania, mediante la moneda de cambio de Doctorados.

Los PIGS, eventualmente con el soporte de Francia que viste mucho, podrían ofrecer los diplomas de Doctorado a cambio de menos déficit, deuda, austeridad. Esto facilitaría la difusión de Dr. alemanes no plagiarios y permitiría a nuestros países entrar en el crecimiento y la lucha contra el paro y la depresión. Corrupción a cambio de corrupción, cada uno con sus propias armas.

El valor del diploma debiera fijarlo el Fondo Monetario Internacional y contar con la triple AAA de las agencias de calificación de crédito. La deuda de los interesados, financiada por el sistema bancario, podría recaer como deuda pública de Alemania. Es el propio Estado el que debe velar por el prestigio de sus representantes y altos funcionarios.