Revista nº 201. De Obama pasando por Snodwen a Evo o “La gobernanza de internet”

DE OBAMA PASANDO POR SNOWDEN A EVO

O

LA GOBERNANZA DE INTERNET.

 

 

Hay episodios que provocan sonrojo, vergüenza. EEUU, desde el atentado a las Torres Gemelas, aplica su estado de excepción a todo lo que se mueva, aparezca en una línea de comunicación o, simplemente, le de por discutir lo que le rodea.Todo lo que se mueve venimos a ser cada uno de nosotros. El conflicto entre seguridad y privacidad es irreversible a favor de la primera. El derecho a estar solo (L.Brandeis) ha dejado de ser una garantía irrevocable de la libertad personal. Las nuevas tecnologías convierten en papel mojado la intimidad personal. El poder centralizado de sobre Internet y los proveedores de contenidos facilita enormemente la búsqueda, captura, recogida de datos y su posterior remisión a las autoridades que pretenden su conocimiento secreto y misterioso.

 

La información acumulada a espaldas de sus propietarios y titulares es un fenómeno antiguo y se denominaba espionaje. Era un fenómeno restringido, selecto, dirigido, probablemente, a recopilar noticias definidamente importantes, mediante procedimientos al uso del momento histórico. No se espiaba el e-mail, pero, el correo podía ser objeto de sospecha y la correspondencia violable. O, se recurría a personas infiltradas para el cometido. Ahora, el punto es el mismo, pero la envergadura cuantitativamente distinta. El espionaje es masivo, capilar, comprensivo de todo y cada uno de los aspectos que sirven para la identidad del portador de datos.

 

La información para el lucro o la denuncia alcanza su máxima expresión en Internet.

Obama, el cual pierde por momentos la esperanza que le convertía en portavoz del respeto de garantías y libertades, consiente el espionaje masivo, bajo el pretexto de la seguridad nacional, aun cuando del ciento por ciento probablemente hay una utilidad infinitesimal de las noticias recogidas.

 

Snowden, el cual es un joven manitas de la comunicación, denuncia el espionaje masivo y, en lugar de recibir una medalla a su coraje civil, más allá de sus motivaciones íntimas, tiene que huir como un animal enjaulado para evitar su captura.

 

Evo Morales, presidente reformista, democrático, indígena de un pequeño país como Bolivia, sufre la humillación de verse enfilado en un muro de sospechas, impulsado por gobiernos europeos, conservadores, socialistas, social cristianos, temerosos que Snowden pueda ser transportado clandestinamente en un avión presidencial.

 

La novela es mediocre y repugnante. Obama debió denunciar el espionaje masivo declarado por Snowden e invitarlo a que expusiera sus juicios en el Congreso de los EEUU y, los países europeos –España, Italia, Francia, Portugal- hubieran debido disimular su racismo, respetando las leyes internacionales, incluso con pasajeros que no les agradan. Es triste, que personajes como Emma Bonino de trayectoria limpia y clara se vean comprometidos por actos de una bajeza inaceptable como el que protagonizara.

 

De la farsa podemos salir si entramos en la épica. El problema no es lo que parece, sino mucho más importante. Está en juego, nada más y nada menos, que la gobernanza de Internet.

EEUU, desde la Conferencia de Dubai de la International Telecommunications Unión (ITU) quedó en minoría ante la mayoría de países miembros en la pregunta de fondo: como compatibilizar la división digital, la difusión de Internet en todo el mundo y el control de sus dominios, servidores, proveedores y alcances.

Por un lado, los EEUU se oponen a cualquier modificación sobre la gobernanza de Internet con el argumento de la libre difusión de las ideas y el flujo de información, exento de cualquier censura previa.

Por otra, China, India, Rusia, países árabes, latinoamericanos, africanos, aspiran a compartimentos nacionales que permitan participar en la disciplina de los dominios, de los servidores, de los proveedores, de los alcances de Internet.

Obviamente, no se discute el protagonismo americano, entre otras razones porque son los fundadores e inventores; si no simplemente, que accedan, a través de las Naciones Unidas a establecer standards, principios, protocolos comunes para todos los países del globo. La ITU es una organización de las Naciones Unidas.

Ahora, el resto del mundo, los que ganaron la discusión en Dubai, descubren que los EEUU usan Internet como recurso de espionaje global sobre personas, empresas, Estados y que los principales beneficiarios de Internet ,Google, Facebook, Microsoft, colaboran, de una u otra forma, con esa pretensión.

De qué modo podrán los EEUU convencer que su reserva a compartir la disciplina y regulación de Internet no obedece, sino a su pretensión imperial de control de las ideas, de los datos, de las noticias, de lo que piensa cada uno en cualquier lugar del planeta.

Es cierto que Rusia, China o los países árabes no son, precisamente, modelos de transparencia democrática a tener en cuenta. Pero, en cualquier caso, tampoco los EEUU.

Obama condenando a Snowden confirma las dudas sobre la gobernanza de Internet. Los otros no son santos, pero tienen razón.

Obama persiguiendo a Evo Morales, a través de sus súbditos europeos confirma que aquellos que dábamos por muerto al imperialismo americano en su peor expresión, éramos unos optimistas.

Luces y sombras de la globalización. Lo positivo es que ahora sabemos.

 

 

TULIO ROSEMBUJ