ESTATALIZA QUE ALGO QUEDARÁ

La economía es impredecible. No hay ciencia más falsa que la ciencia económica.Y esto hay que razonarlo.La economía y sus cultores sirven para profetizar el pasado, pero son absolutamente incapaces de un diagnóstico del presente y, mucho menos, de prevenir el futuro. La glorificación de los economistas y de la economía responde a una falsa expectativa:son precursores de los sucesos que pasan y pueden orientar con certeza las decisiones políticas e individuales. No es así,aciertan por casualidad y se equivocan por sistema; ofrecen perspectivas que no se cumplen y olvidan riesgos que están a la vista.

La crisis económica global es una prueba irrefutable. Primero, sostuvieron que el problema no existía o era solo local(local quiere decir, ni más ni menos, que de los EEUU). Segundo, que si surgía una crisis sería específica del sector inmobiliario americano. Tercero, que Europa no tiene nada que ver con esa situación.Cuarto, que, en cualquier caso, olvídense de una recesión a gran escala ni a parangones abusivos de la crisis de 1929.

El análisis no económico catastrófista nos dice exactamente lo contrario. Es una recesión global, cuyo origen es el extrapoder de la banca y de las aseguradoras transnacionales, que, con la complicidad de las agencias de calificación, montaron una timba basada en la especulación de activos financieros, sin soporte real, material, físico, de valor de mercado constatable. Jugaron en el casino mundial, apostando al riesgo o creando el riesgo para apostar y ganar digo catastrofista en un sentido muy estricto:que estamos al borde del abismo, del agujero negro, como resultado de la pura especulación financiera bancaria.

A cambio de desprenderse de riesgos bancarios, hipotecas de baja calidad, se inventan

derivados financieros (credit default swaps) que sirvan para asegurarse de los riesgos transmitidos, que a su vez pudieran cubrir las pérdidas para los adquirentes de los riesgos en caso de incumplimiento. El problema fue que al convertirse el riesgo en mercancía, convenía aumentarlo para crecer en beneficios. En la economía de mercado, el llanto para algunos es la alegria de otros. Cada quiebra tiene sus beneficiarios y el derrumbe no golpea a todos por igual.

Basta un cifra espeluznante:el mercado de los activos financieros destinados a cubrir las pérdidas de bancos y titulares de obligaciones de las empresas que no pudieron afrontar su amortización paso en menos de dos años de